“si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo”
“Jesús cargó con la cruz de la humanidad. Cada cual puede sobrellevar la suya particular, la de sus propios dolores y la de su liberación personal”.
(Javier
Prat Cambra)
Querida familia de san Francisco, saludos desde éste, nuestro faro. Mientras escucho una de mis canciones favoritas os dirijo estas palabras para poder empezar juntos una nueva semana. Una nueva semana que, para muchos, supone la incorporación a sus quehaceres laborales. Las vacaciones comienzan a terminarse y la nueva normalidad nos espera. Una nueva normalidad que nos vuelve a escandalizar con esas cifras de contagiados por la COVID que nos devuelven a los días más dolorosos de confinamiento que vivimos los pasados meses. Pero el escándalo que provocan estas cifras en nosotros no puede alejarnos de Dios. Él, aunque nos cueste encontrarlo en momentos duros, no nos abandona jamás. Repito, no nos abandona jamás. Si esto fuese así, si él nos abandonase ¿qué sentido tendría la muerte y la resurrección de Cristo? ¿Hubiese valido de algo?
