“La justicia de Dios tiene más que ver con la bondad del corazón divino que con los méritos humanos que acumulamos en la tierra. Y a la humanidad le ha costado siglos, darse cuenta de que la igualdad es un derecho”.
(Javier Prat Cambra)
El faro se viste de fiesta. Su luz, quizá por mi alegría, brilla más fuerte que de costumbre. Este faro, desde el que me acerco cada semana hasta vosotros, me recuerda que el próximo martes, 22 de septiembre, se cumple un año de mi llegada a esta Parroquia.
No dudo en advertir que, para mí, ha sido un año insuperable. Juntos nos hemos ido conociendo, vivimos nuestras primeras fiestas, nada más llegar, en honor a san Francisco, nuestro titular. Vivimos nuestras primeras navidades juntos y la hoguera de san Antón. Poco más, nos quedaba por vivir de una manera lúdica, puesto que, pronto, llegó esta pandemia que tan profundamente ha transformado nuestras vidas. Juntos hemos vivido un confinamiento, hemos escuchado y asistido a las peores noticias que la vida nos podía deparar: una enfermedad desconocida incontrolada, pérdida de vidas humanas, pérdidas de puesto de trabajo…